Debe ser por la hora que de repente cruzan por mi mente una serie de pensamientos que aun ahora que estoy escribiendo temo divulgar. Es que honestamente son tanta las emociones que se me despiertan en un solo momento que algunas veces creo que la cabeza me va a estallar; no sé de repente mi mente no funciona como debería y divaga constantemente entre la realidad y la irrealidad de mi yo interno.
Por ejemplo en este momento pienso, que este papel de esposa abnegada no me queda; es como jugar ping pong sola, no hay nadie al otro lado de la mesa que te responda. Y agota!! algunas veces notas como de a poco todo empieza a pesar y simplemente agotada gritas:¡¡YA NO PUEDO MAS!!Pero es tal la ilogica del amor, que sin importar el cansancio esperas paciente su llegada, teniendo la certeza de que solo si llega a casa te sentiras plena y finalmente la intranquilidad saldra callada, por el mismo espacio del alma por el que entró.
Me siento ridicula, no es justo conmigo condenarme a un sentimiento que aunque aveces disfruto, también me roba la calma. Mi cordura se pierde del todo cuando "él" esta cerca, de repente nada importa todo es simple, hasta el problema más complejo tiene solución. Y aveces mi yo logico discute intensamente con mi corazón, porque mi mente no entiende porque insisto en mantener presente una ilusión que jamás dejará de serlo. Es como darle cuerda a una cometa inexistente, pero que igual es la esperanza de un niño que inocente espera que se eleve.
Claro que debo confesar que algo extraño pasa, cuando sé que lo voy a ver, es como una calma, que no logro obtener de otro modo y que ultimamente me alcanza para sentirme tranquila varios días. Soy como el lobo que enamorado le aulla a la luna con la esperanza de alcanzarla algún día, aunque sospecho en el fondo que el lobo sabe que por más que aulle la luna nunca bajará.
Ha sido complejo esto de estar enamorada de un indebido más que de un imposible, es como tener de frente el sueño de tu vida y no poderlo materializar. De repente la intranquilidad de mi alma se ve reemplazada por la certeza de saber que amar es un privilegio y no un castigo, sin importar a quien se ame, es un don que se puede desarrollar.
Esto es lo que estoy pensando en este preciso momento donde mi mente hiperactiva insiste en mantenerme viva y hacer ver que nada de lo que siento esta del todo mal.
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