En esta fecha tan especial quería escribirte un poco la perspectiva que tengo de este viaje que hemos vivido juntos y es que me parece increíble que después de todos los problemas, los afanes, las lagrimas, las batallas, las heridas y tropiezos estemos aquí. Si pudiera escribir cada sentimiento, cada sensación, cada situación, cada momento que he vivido junto a ti, ni el tiempo, ni las palabras me alcanzarían para describir lo agradecida que estoy porque llegaste a mi vida, sin embargo voy a intentarlo:
Aun recuerdo la sensación que tuve el día que me dijiste que estabas enamorado de mi, fue como un frío que me recorrió la espalda, una leve opresión en el pecho y un mariposeo en el estomago que me indicaba que algo estaba por pasar. No te lo niego que tan pronto empezaste a hablar supuse lo que dirías y aunque había una parte mía que prefería no escucharlo, la otra parte parecía ansiosa y hasta emocionada por lo que significaba eso. Me atrevería a decir que fue solo hasta después de superar algunos miedos e inseguridades que empecé a aceptar que me gustabas, pero si mal no recuerdo mucho antes de tu confesión repetía permanentemente que "si fueras 10 años mayor me casaría contigo", me alegra haberlo hecho a pesar de que no tienes los 10 años de más.
Te hiciste mi confidente, mi mejor amigo, la persona a quien deseaba compartirle lo que vivía, lo que me pasaba. Adoraba nuestras conversaciones vespertinas, esas que teníamos hasta que me vencía el sueño y te confieso que solo hasta que hablaba contigo lograba dormirme, fuiste la solución a mis insomnios de tantos año (aunque ahora no durmamos mucho) y creo que eso fue porque llenaste ese vacío que me acompañó por tanto tiempo, que cuando apareciste pude dormir sin esa sensación de que me faltaba algo más. Con detalles, mensajes, llamadas me enamoraste y sin darme cuenta baje toda las defensas que siempre tuve tan arriba y te deje entrar, te deje acomodar, te deje invadir mi corazón. Por mucho tiempo dude de que fuera correcto, le temía a los prejuicios, las miradas de los demás, temí que un día te despertaras y te dieras cuenta que no me amabas más y me quedará con toda esta ilusión sola, lastimada, rota. Pero tu, mi caballero de brillante armadura luchaste contra mis inseguridades y me mantuviste junto a ti, me abrazaste, me protegiste hasta de mi misma y por eso un día por un impulso cualquiera como hacia las 4 de la mañana, aun luchando contra mi lógica, te besé. ¿Recuerdas? casi no logro recuperarme de ese beso, me sentí culpable, sentí que me estaba aprovechando de ti...intente luchar contra el impulso de hacerlo de nuevo por mucho tiempo, pero finalmente cedí...cedí cuando me empezó a doler el saber que debía tenerte lejos porque tu familia lo exigía y no te imaginas cuantas noches de rodillas le pedí a Dios con lagrimas en los ojos que me permitiera permanecer junto a ti. Hoy le agradezco que haya escuchado mi plegaría.
Ese diciembre fue mágico, te bese, ya no por impulso sino por amor y entonces acepte mi vida, que finalmente habías llegado a mi. Me permití amarte, ilusionarme, añorarte, no temí dejarte quedar, aun cuando la condición para eso era aceptar a tu familia, sus prejuicios, sus criticas. Solo Dios sabe las noches que pase llorando intentando entender por que esto de amarte parecía tan malo, cuando era un amor tan puro. Ahora sé que como dice la biblia "el oro debe pasar por el fuego para probar su valor" y creo que el fuego que atravesamos nos tiene donde estamos hoy.
Recuerdo lo que pasó con Luisa, que dolor más agudo, me dio tanto miedo perderte. Me sentí traicionada, pero me sentía ridícula pues si no eramos nada ¿cómo exigirte?, sin embargo eso nos sirvió para crecer a ambos, a mi para darme cuenta el riesgo que tenía de perderte y creo que a ti te enseñó a valorarme más. Sin embargo tu constante coquetería (inconsciente creo) me hizo salir de mi espacio de confort, por primera vez me sentí celosa y eso me hizo sentir como que me estaba perdiendo. Después comprendí que es normal sentir celos cuando tienes algo tan valioso al lado, cuando no lo quieres dejar ir. Te confieso que aun a veces los siento sin embargo ahora sé que nada podrá apartarme de ti, si no lo logró tu familia, sería es colmo que alguien más lo hiciera ¿no crees?
Y ni para que hablar de nuestros encuentros "clandestinos" solo Dios sabe que a nadie desee como te deseé a ti. Cada caricia, cada beso, me hizo olvidarme de mis complejos, de mis temores. Antes de ti nadie me había tocado así, con nadie me había sentido de esa forma. Cada encuentro fue más que sexo, nos reconocimos con las manos, con los labios, con los ojos. Recorriste cada parte de mi cuerpo, me hiciste sentir lo que nadie hizo jamas. Aun ahora después de este tiempo la intimidad que tenemos trasciende el simple acto físico del sexo, es esa conexión perfecta, rítmica, consciente, es esa donación mutua. No me arrepiento de que seas mi primero y único, el amor justifica todo y ese amor en conjunto con el deseo ha hecho que encontremos mil maneras de decirnos "te amo" con cada caricia, cada beso, cada mirada, cada noche que es nuestra, cada amanecer junto a ti.
Los problemas pasaron, las lagrimas que derramamos juntos, el dolor al que nos enfrentamos, todo ese camino nos ha traído hasta aquí. Tu familia no entiende eso, pero bueno, nos tenemos los dos y me alegra saber que a pesar de no aceptarme, siguen siendo tu familia y no se han alejado de ti. Hoy en este día, este primer aniversario de bodas quería contarte vida mía, mi perspectiva de nuestro amor. Como te dije las palabras no me alcanzan para describir cada momento, cada situación, pero quería decirte mi amor, que no puedo sentirme más feliz que ahora que estoy aquí junto a ti, viéndote dormir, contemplándote descansando junto a mi.
No cambiaría nada y si volviéramos a empezar, quizá perdería menos tiempo decidiéndome y aceptaría más prontamente esto de estar junto a ti, porque este ha sido el viaje de mi vida y me asombra pensar aun lo que nos queda por caminar. Hoy solo agradezco porque mi mejor amigo es también mi amante, mi esposo, mi compañero de camino, hoy no puedo más que mirar hacia atrás y confirmar que cada paso que dí fue para llegar a ti.
FELIZ ANIVERSARIO!! hoy es el recordatorio de una victoria: nuestra victoria. Y mientras la mañana llega me abrazaré a tu cuerpo. Te toca hacer el desayuno y después te espero en la ducha... te amo con cada latido de mi corazón...
Por siempre tuya...
Yo...
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