sábado, 13 de abril de 2013

MALINTERPRETADA

Es desgastante intentar comunicarse en un planeta donde cada persona es un mundo distinto, es una realidad compleja y tan diferente que resulta casi indispensable contar con un diccionario para poder entender lo que el otro quiere decir. Sin embargo cuando nos vemos obligados a convivir con mundos tan disimiles, hay dos opciones: La primera es ir interpretando lo que el otro quiere decirme y la segunda es tomarme el trabajo de preguntar y confirmar lo que el otro esta intentando comunicar. Está claro que en una sociedad altamente "practica" y facilista lo más sencillo es lo que hacemos, eso quiere decir que terminaremos por pretender interpretar lo que el otro intenta comunicarme antes que confirmarlo. 

Se evitarían tantos problemas si tuviéramos la elocuencia suficiente como para comunicar al otro lo que realmente sentimos, deseamos, lamentablemente la elocuencia no es una habilidad que sea común en nuestra especie y por eso enmascaramos sentimientos, deseos o intenciones con palabras diplomáticas que terminan por ser una forma hipócrita de expresar lo que en realidad se quiere decir. En realidad la mayoría de nosotros no estamos acostumbrados a expresarnos honestamente y tampoco a que se nos exprese honestamente lo que los demás sienten y eso es porque fuimos criados en una sociedad donde hay cosas que es mejor no decir, hay cosas que es mejor decir de otra forma  o hay cosas que simplemente no se dicen. 

Yo no me considero una persona particularmente elocuente o docta en eso de expresar cosas, sin embargo he luchado toda mi vida contra esa sensación de ser deshonesta sobretodo conmigo misma. Está claro que la prudencia es un don, es una forma de decir las cosas, pero no por prudencia se puede acallar esa voz interna que nos hace necesario gritar lo que sentimos. La libertad se alcanza cuando logramos ser honestos con nosotros y esa paz que se adquiere con la honestidad se transmite, se hace evidente en el brillo del rostro en la tranquilidad con que se respira. Cuando no tenemos claridad con respecto a nosotros, a lo que sentimos o a lo que creemos, no podemos vivir la honestidad necesaria que nos permitiría comunicar adecuadamente lo que queremos. "SAY WHAT YOU MEAN" eso es difícil más aun cuando es imposible expresarse adecuadamente lo que se quiere decir y esta situación empeora cuando los demás solamente buscan interpretar lo que significa por temor a preguntar lo que realmente se quiere decir. 

Ser malinterpretado debería considerarse como un privilegio, cuando la malinterpretación es producto de una declaración honesta y abierta de eso que tienes la certeza y claridad de sentir o creer. Es por eso importante ver hasta que punto la interpretación de los otros con respecto a lo que dices, sientes, crees o haces es responsabilidad de tu propia falta de claridad. Sin embargo cuando lo que dices, sientes, crees o haces es malinterpretado por los demás a pesar de la claridad que tienes al respecto, no te sientas mal, siéntete afortunado porque eso significa que has logrado lo que ellos no: HONESTIDAD.


No hay comentarios: