sábado, 2 de febrero de 2013

REFLEXIONES ENTORNO A LA DUDA...

Hay momentos como este en que definitivamente me aturden una serie de dudas que lamentablemente se relacionan con un paradigma que muchas personas critican y juzgan en el mundo: el pecado vs la fe. En más de un escenario he sido testigo de como la gente pisotea una y otra vez la doctrina moral que nos enseña el evangelio, y de un tiempo para acá  yo misma he sido presa de un sinnúmero de inquietudes al respecto. No porque no crea, sino porque aun me falta claridad en relación a aquello que se considera pecado y lo que no. No estoy hablando de un relativismo moral, en el que nada es malo o todo es malo, no!!, por el contrario estoy intentando tener mayor claridad en relación a lo que hago y lo que está mal con eso. Siendo honestas lo que más me está confrontando es algo que se ha juzgado, criticado, definido como tabú y en algunos casos hasta satanizado, algo llamado SEXO. Esta es una sociedad "sexocentrica", pareciera que el sexo se apodera de cada una de las esferas de la sociedad, hasta de la iglesia misma y entonces me pregunto, si del sexo vinimos ¿por qué se considera en tantos casos un acto impuro? en qué momento se cruza la linea entre una muestra de amor y el placer mundano? 

Tal vez si no se nos repitiera una y otra vez desde pequeños que el sexo es "malo", que es "pecado", que eso no se debe hacer, no tendría esta serie de inquietudes al respecto y aceptaría que el despertar sexual de cada uno es una experiencia maravillosa, que forma parte del desarrollo psicoemocional de cada uno de nosotros, sin embargo ahora no puedo evitar sentir algo de culpa, como una vocecita repitiéndome que eso está mal. No puedo culpar a mi religión por algo que desde muchas esferas de la sociedad se ha repetido históricamente. Creo que todo empieza cuando de pequeños nuestros mayores ni siquiera son capaces de llamar a nuestros órganos genitales como es : vagina y pene; pareciera que les ganara la vergüenza y para evitar decir esas palabras lo llaman "pipi", "cuca" en fin entre otros nombres. Es como si el sexo se censurara desde esa edad y ni para que hablar de otras palabras como "erección", "deseo", "penetración" y "orgasmo" es como si se trataran de malas palabras que no deben ser dichas, solo pueden ser utilizadas por otros más "libertinos" capaces de hablar abiertamente de un tema tabú. Aun hoy al hablar públicamente de sexo la gente se sonroja, aun cuando en privado practican todo tipo de fetiches. Es como una doble moral y así me siento a veces.

No niego que mi religión es particularmente represiva en términos de dar "rienda suelta a los placeres del cuerpo" entre los cuales obviamente se destaca la sexualidad. Estoy de acuerdo en que cualquier placer desordenado (es decir en exceso y mal vivido) tiene consecuencias emocionales, espirituales y físicos en las personas, sin embargo me cuestiona la culpa que siento posterior a la ocurrencia de cualquier situación con matiz sexual. En mi fe, Dios me ama siendo como soy, me perdona, me acepta, pero a pesar de ese concepto que tengo de su amor hacia mi, no puedo evitar pensar que mi vida sexual (aunque no es la más activa) de alguna forma u otra es un irrespeto, una forma de cerrar la puerta al ofrecimiento que Él me hace de su amor. ¿Estaré loca?...no sé!! sin embargo esta sensación no se va, no se quita, no se pierde...Confieso que temo entrar en esa ola de "relativismo moral" que está tan de moda ahora. Es decir: "no estoy haciendo nada malo, si con esto no lastimo a nadie, si no es en exceso y lo hago sin que nadie sepa"...yo no quiero relativizar ni mi fe, ni mi moral, solo me gustaría tener un poco más de claridad que me permitiera definir el limite entre el placer, el amor, la espiritualidad y caer en el pecado. 

Puede que parezca extremadamente existencialista está cuestión y que muchos piensen : "pero eso no es tan grave, es algo natural, simplemente pasa, no hay que ponerle tanta tiza.." pero para mi tiene bastante importancia, es mi espiritualidad, la fe por la que tanto he luchado, el amor que me ha dado todo, es eso lo que tengo en riesgo. Mi dualidad es: Si lo hago me siento fallándole a quien todo me lo ha dado, pero si no lo hago, es como si no fuera humana...Son solo pensamientos, inquietudes, dudas, cosas que apreciaría tener más claro, pero que parecen no tener mucha claridad. Es solo una reflexión...una tertulia personal, un discernimiento propio...nada más--- 

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