sábado, 4 de mayo de 2013

TEMOR

He escuchado tantas veces esto de que el temor es sinónimo de debilidad, que si esa es la lógica, temo confesar que soy demasiado débil, que hoy me siento demasiado débil. En mi vida hay algunos temores: arañas, alturas, grandes extensiones de agua, pero hay un temor que hoy me atormenta: el temor de entrar en esa sensación de ahogo y desespero que trae consigo el síndrome de abstención que estoy padeciendo. 

Esta maldita ansiedad que me roba la paz de momento, que me lleva una y otra vez a la última imagen que tengo de ti, al recuerdo de esa noche en que de la nada decidiste terminar algo que honestamente no estaba, pero que fue como si se me fuera el alma de a poquitos. Detesto recordar, pensar en ti me lastima, me hace sentir un malestar en el estomago por la mezcla de las muchas emociones que trae consigo recordar lo que vivimos, recordar lo que me hiciste, recordar lo que ya no estará. 

Temo ese momento en que escuchar tu voz me descomponga, en que verte me debilite, en que saber algo de ti me entristezca, preferiría que no existieras en mi vida, que existiera algo que te borrara del todo para que entonces si alguien te nombra, si te veo, si escucho tu voz no sienta como que se me parte el alma, como que el corazón se detiene, como que mi vida se me va.

Hace tiempo no sentía tanto miedo, hace un rato no sentía tanto temor de enfrentar las consecuencias de sacarte de mi vida. Y tengo miedo, tengo miedo de lo que pueda sentir, de no poderlo afrontar, de dejarlo crecer, de no poderlo detener, tengo miedo de lo mucho que eso me pudiera dañar. 

Temor es el sentimiento del día y a medida que las horas pasan, el temor aumenta, el temor de una ansiedad que aun no llega, pero que espero no llegue, al menos no por hoy, al menos no por ahora....

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