domingo, 28 de abril de 2013

...PARA ALGO QUE YA NO PASARÁ...

Hola mi amor:

En esta fecha tan especial quería escribirte un poco la perspectiva que tengo de este viaje que hemos vivido juntos y es que me parece increíble que después de todos los problemas, los afanes, las lagrimas, las batallas, las heridas y tropiezos estemos aquí. Si pudiera escribir cada sentimiento, cada sensación, cada situación, cada momento que he vivido junto a ti, ni el tiempo, ni las palabras me alcanzarían para describir lo agradecida que estoy porque llegaste a mi vida, sin embargo voy a intentarlo:

Aun recuerdo la sensación que tuve el día que me dijiste que estabas enamorado de mi, fue como un frío que me recorrió la espalda, una leve opresión en el pecho y un mariposeo en el estomago que me indicaba que algo estaba por pasar. No te lo niego que tan pronto empezaste a hablar supuse lo que dirías y aunque había una parte mía que prefería no escucharlo, la otra parte parecía ansiosa y hasta emocionada por lo que significaba eso. Me atrevería a decir que fue solo hasta después de superar algunos miedos e inseguridades que empecé a aceptar que me gustabas, pero si mal no recuerdo mucho antes de tu confesión repetía permanentemente que "si fueras 10 años mayor me casaría contigo", me alegra haberlo hecho a pesar de que no tienes los 10 años de más.

Te hiciste mi confidente, mi mejor amigo, la persona a quien deseaba compartirle lo que vivía, lo que me pasaba. Adoraba nuestras conversaciones vespertinas, esas que teníamos hasta que me vencía el sueño y te confieso que solo hasta que hablaba contigo lograba dormirme, fuiste la solución a mis insomnios de tantos año (aunque ahora no durmamos mucho) y creo que eso fue porque llenaste ese vacío que me acompañó por tanto tiempo, que cuando apareciste pude dormir sin esa sensación de que me faltaba algo más. Con detalles, mensajes, llamadas me enamoraste y sin darme cuenta baje toda las defensas que siempre tuve tan arriba y te deje entrar, te deje acomodar, te deje invadir mi corazón. Por mucho tiempo dude de que fuera correcto, le temía a los prejuicios, las miradas de los demás, temí que un día te despertaras y te dieras cuenta que no me amabas más y me quedará con toda esta ilusión sola, lastimada, rota. Pero tu, mi caballero de brillante armadura luchaste contra mis inseguridades y me mantuviste junto a ti, me abrazaste, me protegiste hasta de mi misma y por eso un día por un impulso cualquiera como hacia las 4 de la mañana, aun luchando contra mi lógica, te besé. ¿Recuerdas? casi no logro recuperarme de ese beso, me sentí culpable, sentí que me estaba aprovechando de ti...intente luchar contra el impulso de hacerlo de nuevo por mucho tiempo, pero finalmente cedí...cedí cuando me empezó a doler el saber que debía tenerte lejos porque tu familia lo exigía y no te imaginas cuantas noches de rodillas le pedí a Dios con lagrimas en los ojos que me permitiera permanecer junto a ti. Hoy le agradezco que haya escuchado mi plegaría. 

Ese diciembre fue mágico, te bese, ya no por impulso sino por amor y entonces acepte mi vida, que finalmente habías llegado a mi. Me permití amarte, ilusionarme, añorarte, no temí dejarte quedar, aun cuando la condición para eso era aceptar a tu familia, sus prejuicios, sus criticas. Solo Dios sabe las noches que pase llorando intentando entender por que esto de amarte parecía tan malo, cuando era un amor tan puro. Ahora sé que como dice la biblia "el oro debe pasar por el fuego para probar su valor" y creo que el fuego que atravesamos nos tiene donde estamos hoy.

Recuerdo lo que pasó con Luisa, que dolor más agudo, me dio tanto miedo perderte. Me sentí traicionada, pero me sentía ridícula pues si no eramos nada ¿cómo exigirte?, sin embargo eso nos sirvió para crecer a ambos, a mi para darme cuenta el riesgo que tenía de perderte y creo que a ti te enseñó a valorarme más. Sin embargo tu constante coquetería (inconsciente creo) me hizo salir de mi espacio de confort, por primera vez me sentí celosa y eso me hizo sentir como que me estaba perdiendo. Después comprendí que es normal sentir celos cuando tienes algo tan valioso al lado, cuando no lo quieres dejar ir. Te confieso que aun a veces los siento sin embargo ahora sé que nada podrá apartarme de ti, si no lo logró tu familia, sería es colmo que alguien más lo hiciera ¿no crees?

Y ni para que hablar de nuestros encuentros "clandestinos" solo Dios sabe que a nadie desee como te deseé a ti. Cada caricia, cada beso, me hizo olvidarme de mis complejos, de mis temores. Antes de ti nadie me había tocado así,  con nadie me había sentido de esa forma.  Cada encuentro fue más que sexo, nos reconocimos con las manos, con los labios, con los ojos. Recorriste cada parte de mi cuerpo, me hiciste sentir lo que nadie hizo jamas. Aun ahora después de este tiempo la intimidad que tenemos trasciende el simple acto físico del sexo, es esa conexión perfecta, rítmica, consciente, es esa donación mutua. No me arrepiento de que seas mi primero y único, el amor justifica todo y ese amor en conjunto con el deseo ha hecho que encontremos mil maneras de decirnos "te amo" con cada caricia, cada beso, cada mirada, cada noche que es nuestra, cada amanecer junto a ti. 

Los problemas pasaron, las lagrimas que derramamos juntos, el dolor al que nos enfrentamos, todo ese camino nos ha traído hasta aquí. Tu familia no entiende eso, pero bueno, nos tenemos los dos y me alegra saber que a pesar de no aceptarme, siguen siendo tu familia y no se han alejado de ti. Hoy en este día, este primer aniversario de bodas quería contarte vida mía, mi perspectiva de nuestro amor. Como te dije las palabras no me alcanzan para describir cada momento, cada situación, pero quería decirte mi amor, que no puedo sentirme más feliz que ahora que estoy aquí junto a ti, viéndote dormir, contemplándote descansando junto a mi.

No cambiaría nada y si volviéramos a empezar, quizá perdería menos tiempo decidiéndome y aceptaría más prontamente esto de estar junto a ti, porque este ha sido el viaje de mi vida y me asombra pensar aun lo que nos queda por caminar. Hoy solo agradezco porque mi mejor amigo es también mi amante, mi esposo, mi compañero de camino, hoy no puedo más que mirar hacia atrás y confirmar que cada paso que dí fue para llegar a ti.

FELIZ ANIVERSARIO!! hoy es el recordatorio de una victoria: nuestra victoria. Y mientras la mañana llega me abrazaré a tu cuerpo. Te toca hacer el desayuno y después te espero en la ducha... te amo con cada latido de mi corazón...

Por siempre tuya...

Yo...

sábado, 27 de abril de 2013

Reflexión entorno al sexo y al amor... (introspección)

El sexo es este maravilloso acto, impulsivo, instintivo, casi animal, en el que el deseo es artífice de nuestros movimientos, gestos, sonidos, nos convertimos en marionetas manejadas por la lujuria, por el querer poseer al otro, recorrer al otro, sentir al otro; un acto sublime que de ser vivido bien (y de acuerdo a las habilidades de ambos) termina normalmente con una explosión interna, con un arranque que te desconecta del mundo, con el movimiento rítmico de las contracciones que te indica el final de la faena.  El sexo es un momento en que nos desinhibimos, dejamos de lado las personas que normalmente somos y nos convertimos en alguien más, por un instante nos desconectamos, para conectarnos con ese otro que esta a nuestro lado, para hacernos uno con ese que es objeto de nuestro deseo. El sexo es divertido, entretenido, es un buen ejercicio y genera gran satisfacción, sin embargo me pregunto ¿qué tanto estoy yo dispuesta a dejar para conseguir un poco de placer momentáneo? 

Si vemos el sexo como una entrega mutua, significa que estas donando una parte tuya al otro, osea estas entregando algo que es propio tuyo para goce y disfrute de la persona con quien estas, conclusión: estas dejando algo. Si vemos el sexo como un encuentro en el que solamente buscas conseguir placer a costa del otro, estas dejando de lado el experimentar la intimidad completa que debe ser el motor de los encuentros sexuales, osea: estas dejando de lado algo. En conclusión cada vez que se tiene sexo, puede estar ganando un orgasmo, experiencia y conocimiento en técnicas y posiciones, pero estas dejando algo de ti por conseguirlo.

No niego que esta cuestión del sexo me confronta constantemente, pues me divide el deseo y la lógica que me dicta que no vale la pena renunciar a algunas cosas por un orgasmo. Muchos al leer esto podrían decir : "La cuestión esta en saber manejar el sexo, pero esa es una parte muy importante en una relación", bueno yo en mi experiencia me atrevería a decir que el sexo complica las cosas, una vez pierdes el pudor inicial el resto va creciendo como una bola de nieve colina abajo y de repente te ves atrapada en una relación cuyo mayor grado de intimidad está en la cantidad de orgasmos que puedan "compartir". No lo digo en tono de arrepentimiento, ni como lamentándome por haberlo hecho, es solo que reflexionando sobre esto me pregunto ¿Qué tan dispuesta estoy a renunciar a una intimidad emocional fuerte con mi pareja por la sensación de placer que trae consigo el sexo?

Extraño mis relaciones previas, aquellas en donde primaban la confianza, los detalles, las miradas, los poemas. Puede parece un concepto infantil de una relación, pero ¿Quién dijo que tener sexo era una regla para que funcionaran las relaciones de pareja? y si es así entonces ¿debería tener sexo con cada pareja que tenga durante mi vida, solo por el hecho de que es mi pareja?  Me encantaría tener claridad con respecto a este tema en particular, es confuso e inquietante no saber como manejar esto, como dejar de lado el deseo y buscar algo más que solo placer. El sexo es como la manzana de la discordia en mi vida: me divide entre lo que deseo y entre lo que todos dicen que esta "bien". No desconozco el placer del sexo, esa sensación de descontrol que se siente, pero no quiero que esa sea la sensación por la cual se mueve mi vida, de lo contrario corro el riesgo de vivir de orgasmo en orgasmo, envuelta en pseudo relaciones que no me conducen a nada, que empiezan y concluyen con cada encuentro, pero que no aportan nada más. No es cuestión de elegir bien con quien hacerlo, porque aun con amor (de acuerdo a mi experiencia) se corre el riesgo de transformar el amor en lujuria y ese deseo será el motor de una relación que terminará siendo un encuentro netamente físico y nada más. 

La madurez del tener sexo no es solamente tener claro las consecuencias que trae consigo el hacerlo (embarazos, enfermedades...) es también tener la madurez emocional y sicológica como para decidir que eso que estas por vivir esta de acuerdo al proyecto de vida que quieres, a tus creencias, a tus valores y ética. No es solo por ganas o porque el deseo te lleve a hacerlo, es también porque en el fondo de tu corazón sientes que es lo correcto, la mayoría de las veces el deseo no te deja escuchar ni lo que el corazón dice o lo que la razón te dicta. 

Escribir es catártico y además permite tener mayor claridad en relación a lo que se quiere, a lo que se desea, a como se deben llevar las cosas. No me da vergüenza, no siento pena de decir que a la edad que tengo soy virgen y puede que muchos piensen que por eso tengo estas inquietudes "porque no has probado eso tan bueno". Puede ser verdad, pero no por eso he dejado de experimentar cosas que me llevan a concluir que el sexo sin sentido, el sexo enmarcado en una amor inmaduro, el sexo enmarcado en la moda, no es la forma correcta de vivirlo. El sexo sin conciencia, el sexo desmedido, el sexo porque sí, lastima al alma y puede dañar el corazón. No para decir "te amo" debes abrir las piernas, no para demostrarle al otro lo que sientes debes desnudar tu cuerpo, no para compartir intimidad con quien amas debes acostarte con él o ella, NO!! esas muestras de afecto están más relacionadas con las condiciones de quien eres, de lo que deseas, de eso que con tanta fuerza anhela tu corazón. Me cuesta creerlo y mantenerme firme, pero el amor no se encuentra de cama en cama, el amor no se encuentra entregando tu cuerpo. Como escuche alguna vez en una conferencia "la lujuria no espera; el amor espera mucho para darlo todo"...Esa debe ser mi esperanza, que el hombre que llegue a mi vida entenderá lo que significa eso de esperar, de permanecer, de crecer, de amar...aun si digo que no...él entenderá y yo podré finalmente experimentar lo que significa amar de verdad...

sábado, 13 de abril de 2013

MALINTERPRETADA

Es desgastante intentar comunicarse en un planeta donde cada persona es un mundo distinto, es una realidad compleja y tan diferente que resulta casi indispensable contar con un diccionario para poder entender lo que el otro quiere decir. Sin embargo cuando nos vemos obligados a convivir con mundos tan disimiles, hay dos opciones: La primera es ir interpretando lo que el otro quiere decirme y la segunda es tomarme el trabajo de preguntar y confirmar lo que el otro esta intentando comunicar. Está claro que en una sociedad altamente "practica" y facilista lo más sencillo es lo que hacemos, eso quiere decir que terminaremos por pretender interpretar lo que el otro intenta comunicarme antes que confirmarlo. 

Se evitarían tantos problemas si tuviéramos la elocuencia suficiente como para comunicar al otro lo que realmente sentimos, deseamos, lamentablemente la elocuencia no es una habilidad que sea común en nuestra especie y por eso enmascaramos sentimientos, deseos o intenciones con palabras diplomáticas que terminan por ser una forma hipócrita de expresar lo que en realidad se quiere decir. En realidad la mayoría de nosotros no estamos acostumbrados a expresarnos honestamente y tampoco a que se nos exprese honestamente lo que los demás sienten y eso es porque fuimos criados en una sociedad donde hay cosas que es mejor no decir, hay cosas que es mejor decir de otra forma  o hay cosas que simplemente no se dicen. 

Yo no me considero una persona particularmente elocuente o docta en eso de expresar cosas, sin embargo he luchado toda mi vida contra esa sensación de ser deshonesta sobretodo conmigo misma. Está claro que la prudencia es un don, es una forma de decir las cosas, pero no por prudencia se puede acallar esa voz interna que nos hace necesario gritar lo que sentimos. La libertad se alcanza cuando logramos ser honestos con nosotros y esa paz que se adquiere con la honestidad se transmite, se hace evidente en el brillo del rostro en la tranquilidad con que se respira. Cuando no tenemos claridad con respecto a nosotros, a lo que sentimos o a lo que creemos, no podemos vivir la honestidad necesaria que nos permitiría comunicar adecuadamente lo que queremos. "SAY WHAT YOU MEAN" eso es difícil más aun cuando es imposible expresarse adecuadamente lo que se quiere decir y esta situación empeora cuando los demás solamente buscan interpretar lo que significa por temor a preguntar lo que realmente se quiere decir. 

Ser malinterpretado debería considerarse como un privilegio, cuando la malinterpretación es producto de una declaración honesta y abierta de eso que tienes la certeza y claridad de sentir o creer. Es por eso importante ver hasta que punto la interpretación de los otros con respecto a lo que dices, sientes, crees o haces es responsabilidad de tu propia falta de claridad. Sin embargo cuando lo que dices, sientes, crees o haces es malinterpretado por los demás a pesar de la claridad que tienes al respecto, no te sientas mal, siéntete afortunado porque eso significa que has logrado lo que ellos no: HONESTIDAD.