domingo, 17 de febrero de 2013

REFLEXIÓN CONSECUENCIA DE LA DISTANCIA

Como consecuencia de esta distancia injustamente impuesta, llegan a mi cabeza mil preguntas en torno a lo que pasa conmigo que en definitiva mi vida emocional llego al punto de estancarse y no moverse. ¿Cómo es posible que después de tanto tiempo siga en el mismo punto inmersa en una serie de sentimientos tontos por alguien que parece ya me superó? Es inevitable recalcarme constantemente por ser tan torpe, tan ignorante emocionalmente que me mantengo atada conscientemente a una ilusión vana de que en algún punto se de cuenta de lo que valgo y de lo feliz que podría ser estando conmigo. 

Esta bendita distancia (a pesar de ser necesaria) me está matando. Me inquieta ver como su rostro se gira para evitarme, como después de todo lo que ha pasado, pasa por mi lado y hace de cuenta que no estoy...como no sentirme lastimada cuando por amor se acepta la decisión del otro aun cuando atenta contra tus propios deseos? Tonta yo!! es cierto, pero no tonta por haber aceptado sino por permitirme alimentar este sentimiento de miseria, que es completamente innecesario. El egoísmo es el cáncer del alma, te separa, te lastima, te doblega, te agota y es lamentablemente la mascara que toman muchas emociones para poder vivir de forma cómoda en la relaciones que sostienes. 

Son tantas las emociones que surgen , consecuencia de esta distancia, de la indiferencia, del olvido que no tiene coherencia alguna el orden en que se presentan en mi cabeza una a una las ideas producto de los sentimientos encontrados e incoherentes que habitan ahora en mi corazón. Esta distancia agota, pero no por la distancia sino por la espera inútil de que vuelva, de que esto pase, de que todo se acabe o de que logre olvidarle. La espera más agotadora es aquella que es inútil porque sabes que nada cambiará. 

sábado, 16 de febrero de 2013

LA LEY DE LA ATRACCIÓN


Las leyes de la física nos enseñan que "los opuestos se atraen", pero a medida que he podido profundizar en temas varios en mi vida, he logrado confirmar que en cuestión de las personas que nos rodea o que aceptamos en nuestras vidas, la ley no se cumple tan al pie de la letra. Yo diría que en cuestiones de la vida, esta ley tiene una variación, es decir, no es que los opuestos se atraigan, los opuestos se complementan, pero  en algunos casos lamentablemente lo que es parecido se atrae. Obviamente las leyes tienen excepciones y puede que no sea aplicable a todos los casos. Personalmente puedo dar fe, de que en cuestión de las personas que han llegado a mi vida en distintas etapas de la misma, parecen haber sido atraídas por el estado de mi corazón.

Aclaro que no estoy diciendo pues que si me repito x cantidad de veces "soy Camila, reina del universo yo todo lo puedo, todo lo controlo" se vayan a dar las cosas ¡¡NO!! sin embargo ahora que reflexiono sobre ciertas épocas de mi vida, podría asegurar que las personas que estuvieron conmigo en esos momentos, son el resultado de la forma en que mi corazón se sentía, digamos que la "energía" que manejaba en esos momento funcionó como un magneto atrayendo esas personas. Siempre me pregunté por qué daba con personas (principalmente hombres) que me valoraban tan poco, hombres cobardes, incapaces de correr riesgos, de decidirse estar a mi lado y entonces reflexioné sobre el estado en el que me encontraba en esos momentos, como me sentía, como estaba llevando mi vida, que buscaba, que deseaba, quien era...y entonces teniendo esas dos variables (personas que llegaron y mi estado) pude concluir que quizá esas personas que llegaron en esos momentos fueron atraídos por algo...

Ejemplos: En la época en que más insegura me sentía en relación a muchas cosas en mi vida, atraje a una persona que resulto ser más insegura que yo, que no sabía que quería, que sentía, como demostrarlo, como vivir...Conclusión: la inseguridad suele atraer inseguridad y no hay nada peor que lidiar con la inseguridad de alguien más.

Hubo una época en la que me sentía sola, desprotegida, frágil, vulnerable, herida, cansada y sin más ni más llegó a mi vida una persona igualmente frágil, lastimada, resentida, solitaria y temerosa, una persona con un muy lindo corazón pero tan herido y lastimado que no podía compartir conmigo, incapaz de entregarse, de cuidar, de acompañar...Conclusión: No puedes pretender dar a los demás lo que te falta. Si tu vaso está vacío ¿cómo esperas calmar la sed del otro?. Además pocas relaciones son tan patológicas como aquellas en las que se involucran dos personas lastimadas, incapaces de sanar, resentidas y temerosas...es como tener que amar la ausencia del otro...¡¡nada sano!!

Obviamente no todos los ejemplos son malos, hubo un tiempo de plenitud y paz en mi vida, de fortaleza, de fe, de mucho amor y entonces llego una persona que transmitía paz, con una fe inquebrantable, una persona con luz, una persona con mucha fuerza, con muchas ganas...Conclusión: Luz atrae luz. Puede que la oscuridad se sienta atraída por la luz, pero luz llama luz, luz alumbra, da calor y la paz permite transmitir tranquilidad a la vida de quienes nos rodean. 

No quiero con esto generalizar la situación, estoy hablando desde la experiencia personal y pues del análisis que he logrado hacer de algunas situaciones vividas por personas cercanas a mi. He notado recientemente que cuando el líder de un grupo o comunidad en cualquier ámbito tiene ciertas cualidades, se rodea de personas con cualidades similares, por eso no es de extrañar que si yo soy un líder mandón, prepotente, orgulloso y poco humilde, me rodeé de alguna forma de personas con perfiles similares. En cambio si soy un líder tranquilo, prudente, paciente y cálido  las personas de mi entorno tendrán cualidades similares, eso es sólo una reflexión en términos "organizacionales" digamos.

Está claro que hay personas que llegan a mi vida porque tienen que llegar, porque me enseñan algo, por aprender algo o porque tienen algo que aprender de mi, eso es algo que no dudo. Sin embargo no puedo desconocer tampoco que las personas que han estado en mi vida en muchos momentos (principalmente aquellas que no han permanecido) pueden ser producto de la "energía" con que contaba en ese momento. Si no estas sano, no podrás ayudar a sanar y si buscarás inconscientemente rodearte de personas tan enfermas como tu porque te sientes más cómodo quizá. Si eres incapaz de tomar decisiones o estas confundido, no esperes dar con alguien que vea con claridad, cuando en un principio ni tu mismo tenías la claridad para decidir dejar entrar a esa persona...no sé son solo pensamientos que se me vienen a la cabeza reflexionando un poco sobre mi experiencia de vida y todo este rollo...

En mi vida "los opuestos no se atraen" aunque he comprobado que sí se complementan. Lo similar se atrae, se gusta, se siente empatico, cómodo, conocido, permite no tener que desacomodarse en extremo y eso siempre es más fácil. 

Las cosas no pasan porque sí, eso es cierto, pero si en mi vida se repiten ciclos, tipos de personas, situaciones o similares, debería quizá evaluar que eso que hay en mi que me lleva a repetir eso una y otra vez, quizá no es solo cuestión de la suerte, la vida, el azar, el destino o en mi caso Dios que eso vuelva nuevamente, puede que sea algo en mi que permite que esas situaciones, esos momentos, esas personas lleguen y puede que quizá un cambio de actitud ayude a romper eso que parece no terminar....REPITO, ES SOLO UNA REFLEXIÓN!!



sábado, 2 de febrero de 2013

REFLEXIONES ENTORNO A LA DUDA...

Hay momentos como este en que definitivamente me aturden una serie de dudas que lamentablemente se relacionan con un paradigma que muchas personas critican y juzgan en el mundo: el pecado vs la fe. En más de un escenario he sido testigo de como la gente pisotea una y otra vez la doctrina moral que nos enseña el evangelio, y de un tiempo para acá  yo misma he sido presa de un sinnúmero de inquietudes al respecto. No porque no crea, sino porque aun me falta claridad en relación a aquello que se considera pecado y lo que no. No estoy hablando de un relativismo moral, en el que nada es malo o todo es malo, no!!, por el contrario estoy intentando tener mayor claridad en relación a lo que hago y lo que está mal con eso. Siendo honestas lo que más me está confrontando es algo que se ha juzgado, criticado, definido como tabú y en algunos casos hasta satanizado, algo llamado SEXO. Esta es una sociedad "sexocentrica", pareciera que el sexo se apodera de cada una de las esferas de la sociedad, hasta de la iglesia misma y entonces me pregunto, si del sexo vinimos ¿por qué se considera en tantos casos un acto impuro? en qué momento se cruza la linea entre una muestra de amor y el placer mundano? 

Tal vez si no se nos repitiera una y otra vez desde pequeños que el sexo es "malo", que es "pecado", que eso no se debe hacer, no tendría esta serie de inquietudes al respecto y aceptaría que el despertar sexual de cada uno es una experiencia maravillosa, que forma parte del desarrollo psicoemocional de cada uno de nosotros, sin embargo ahora no puedo evitar sentir algo de culpa, como una vocecita repitiéndome que eso está mal. No puedo culpar a mi religión por algo que desde muchas esferas de la sociedad se ha repetido históricamente. Creo que todo empieza cuando de pequeños nuestros mayores ni siquiera son capaces de llamar a nuestros órganos genitales como es : vagina y pene; pareciera que les ganara la vergüenza y para evitar decir esas palabras lo llaman "pipi", "cuca" en fin entre otros nombres. Es como si el sexo se censurara desde esa edad y ni para que hablar de otras palabras como "erección", "deseo", "penetración" y "orgasmo" es como si se trataran de malas palabras que no deben ser dichas, solo pueden ser utilizadas por otros más "libertinos" capaces de hablar abiertamente de un tema tabú. Aun hoy al hablar públicamente de sexo la gente se sonroja, aun cuando en privado practican todo tipo de fetiches. Es como una doble moral y así me siento a veces.

No niego que mi religión es particularmente represiva en términos de dar "rienda suelta a los placeres del cuerpo" entre los cuales obviamente se destaca la sexualidad. Estoy de acuerdo en que cualquier placer desordenado (es decir en exceso y mal vivido) tiene consecuencias emocionales, espirituales y físicos en las personas, sin embargo me cuestiona la culpa que siento posterior a la ocurrencia de cualquier situación con matiz sexual. En mi fe, Dios me ama siendo como soy, me perdona, me acepta, pero a pesar de ese concepto que tengo de su amor hacia mi, no puedo evitar pensar que mi vida sexual (aunque no es la más activa) de alguna forma u otra es un irrespeto, una forma de cerrar la puerta al ofrecimiento que Él me hace de su amor. ¿Estaré loca?...no sé!! sin embargo esta sensación no se va, no se quita, no se pierde...Confieso que temo entrar en esa ola de "relativismo moral" que está tan de moda ahora. Es decir: "no estoy haciendo nada malo, si con esto no lastimo a nadie, si no es en exceso y lo hago sin que nadie sepa"...yo no quiero relativizar ni mi fe, ni mi moral, solo me gustaría tener un poco más de claridad que me permitiera definir el limite entre el placer, el amor, la espiritualidad y caer en el pecado. 

Puede que parezca extremadamente existencialista está cuestión y que muchos piensen : "pero eso no es tan grave, es algo natural, simplemente pasa, no hay que ponerle tanta tiza.." pero para mi tiene bastante importancia, es mi espiritualidad, la fe por la que tanto he luchado, el amor que me ha dado todo, es eso lo que tengo en riesgo. Mi dualidad es: Si lo hago me siento fallándole a quien todo me lo ha dado, pero si no lo hago, es como si no fuera humana...Son solo pensamientos, inquietudes, dudas, cosas que apreciaría tener más claro, pero que parecen no tener mucha claridad. Es solo una reflexión...una tertulia personal, un discernimiento propio...nada más---