lunes, 18 de octubre de 2010

VISIÓN INTROSPECTIVA DE UN BESO...


Esperando a que la noche termine y con la certeza de que pronto va a amanecer, me dispongo a dejarte ir por esta noche, para hacerte preso de mis deseos en los sueños que florecerán mientras duermo. Sé que estas inquieto, algo hace que tu alma se sienta más pesada hoy, se te nota cansado, el brillo de tus ojos luce opaco y tu sonrisa se desdibuja entre los rastros de las lagrimas lloradas. Ambos sabemos que es lo que cansa, ambos sabemos cual es el dolor que cargas y que ahora sin querer ha logrado tocar una fibra profunda de mi alma.

Se me nota inquieta, lo sé, como pensativa, como si en mi mente se estuviera gestando alguna idea que tú curiosamente insistes en querer saber. Si supieras!! si superas que es este deseo de darte un beso y no poder hacerlo lo que me inquieta el alma. Serían tanto los motivos para no hacerlo, pero es que cuando siento tu cuerpo cerca algo en mi se altera, algo en mi cambia, algo se transforma. Mi corazón se acelera, por sentirte ahora tan cerca, pero es que tampoco tengo la fuerza para alejarte. ¿Qué debería hacer? Quizá marcharme ahora antes de que algo pasé es la solución más sabia, pero siento como mi corazón le reclama a mi mente, por ser carcelero constante de sus deseos. Son tantos los pensamientos, las emociones, los deseos, las dudas y las respuestas y tu insistentemente quieres saber que pasa, yo quiero huir, temo perder el control y hacer algo que más adelante no sabré como manejar.

Me tomas entre tus brazos y yo bajo el rostro como una última opción para evitar a todo lugar ceder ante mis instintos...tu tomas mi rostro entre tus manos y me alejo por temor, solo por temor. El corazón me late muy rápido, mis pensamientos aumentan, las dudas aumentan, la curiosidad aumenta y sin darme cuenta como ni en que momento mi cerebro se detiene por un momento y sin dudarlo tomo tu rostro y te doy ese beso que por tanto tiempo he anhelado...no pienso, solo siento tus labios...nada importa, nada cuenta, solo siento como tímidamente mis labios deciden juntarse con los tuyos y justo ahí cuando sé que nada ha pasado, mi cerebro reacciona haciéndome alejar, cuestionándome, juzgándome, criticándome...el momento ya pasó, no sé como mirarte a la cara...y en ese momento cede la calma de la libertad de haberte hecho preso de mis deseos ante la intranquilidad de una conciencia sobre lo que se ha hecho....ya a partir de este momento no hay más libertad!!

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