jueves, 24 de abril de 2008

UN VISTAZO AL LADO OSCURO..



Hoy me encontré de frente con ese monstruo que esta en todos pero que no siempre queremos aceptar. Hoy lo miré a los ojos y él con una sonrisa cinica me hizo ver que no era más que el reflejo de eso que creía ya haber dejado en el ayer. Ahí estaba comodamente sentado en el rincon más alejado y sombrío de lo que queda de mi corazón. Sus ojos llenos de furia despertaron en mi el peor de los temores hasta ahora sentido. Se acerco me abrazo y susurrandome con una voz algo oxidada al oido me dijo aquello que tanto temía, pero que extrañamente supuse tarde o temprano enfrentaría. Tomando mi rostro fuertemente me besó sellando con ello el pacto que en ese momento cerré con el mismisimo diablo.

Extrañamente me sentí tranquila y entonces pensé que despues de tanto buscar por fin había encontrado el lugar al que pertenecía. Como todo aquello que alguna vez importó en mi vida, fue todo pasajero y de pronto ese sentimiento de paz, se convirtio en angustia, en odio, en un desprecio inexplicable que aun hoy siento en el fondo y que con el pasar del tiempo solo aumentó barriendo con su fuerza devastadora lo poco bueno que puedo rescatar de un encuentro casual que tuve.

Quizá mi naturaleza ha despertado y este engendro maldito que soy desde hace tanto finalemnte dejo de lado su poca humanidad para salir y acabar de una vez con el recuerdo de ese reflejo, del gran amor que tuve y que sin pensarlo me traicionó. Nunca antes - confieso - había sentido tanta sed de venganza; deseo ser yo quien cause sus lagrimas, quiero ver como el dolor toma forma en su vida y si puedo quiero ser yo quien acabe de una vez con ese maldito respiro de vida que aun le queda...

Para ser quien soy o más bien ser lo que soy, nunca antes había tenido tal necesidad de sangre, nunca antes había deseado tanto ver la caida de alguien a quien ame y amo tanto. Lo único que en este momento me separa del humano ignorante, es la falta de conciencia y del sentimiento de culpa que me pueda producir acabar con su vida de la forma más salvaje y dolorosa que pueda. Ahora que me siento tan ajena y llena de rabia es que despierto a la bestia que por tanto tiempo intente mantener dormida. Adiós por completo a la ignorancia de ser algo humana y saludo sin mayor temor al engendro que siempre he sido y que solo hasta hoy acepto.

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