domingo, 22 de mayo de 2011

DESDE EL CAMPO DE BATALLA...

HOLA:
No hay muchas cosas nuevas que contarte, todo es igual nada cambia, mismos rostros, mismos sonidos, mismo paisaje, cuando se esta en guerra nada es nuevo, hasta la muerte misma se convierte en rutina, en una compañera más de viaje, en una confidente más. El frío de esta noche me hace extrañar mucho más el calor de tus brazos, añoro infinitamente saberme segura abrazada a ti, pero la dura y parca caricia de la soledad me recuerda constantemente que no estas. En las mañanas no queda mucho tiempo para pensar, para sentir, para reflexionar, entre disparos, bombas, herido y muertos, no encuentras el silencio suficiente para poder viajar mentalmente al sitio donde se encuentra eso que tanto amas, que en mi caso eres tu.
Las noches aunque frías, muestran un rostro más amable de la guerra, al menos entre tanta oscuridad no ves tan de frente el desastre, la destrucción y el dolor que descubre la mañana con los primeros rayos de sol. Es justamente esta calma aparente la que me permite pensar en ti. ¿Cómo has estado? ¿Me extrañas tanto como yo a ti? No te imaginas lo mucho que extraño tus besos ahora que estamos lejos, ahora que las condiciones adversas han resecado mis labios y que solo empeoran por la ausencia de los tuyos. Te confieso que en noches como esta, me abandona la esperanza, dejándome a merced del desespero y la inquietud. No quiero luchar más, tanto dolor, tanta tristeza no es lo suficientemente valida como para alejarme de ti por esto; pero al mismo tiempo recuerdo tu sonrisa y me imagino el brillo que tendrán tus ojos el día que me veas llegar y renuevo las fuerzas obligándome a continuar solo por la esperanza de volverte a ver y créeme hablar de esperanza en un campo de batalla no es tarea fácil.
El enemigo es astuto, ha utilizado su mejor artillería para intentar derrotarnos, pero solo por gracia divina aun algunos continuamos en esta guerra. Cuando he pensado en rendirme y no continuar, recuerdo tus palabras de animo y aliento diciéndome que esto por duro que parezca vale la pena, que por amor vale la pena luchar y que a pesar de los tropiezos, las heridas, las lagrimas o la sangre derramada vale la pena entregar la vida por lo que uno cree y es por eso que a pesar de no querer continuar aquí estoy en una trinchera fría y sin tus abrazos para darme calor, pero retomando fuerzas estas horas para seguir luchando por esto, para seguir luchando por ti. No sé si lograré salir con vida de esta guerra, pero en caso de no hacerlo me llevo la satisfacción del deber cumplido y muero rindiéndole honor a mis ideales, a eso que me ha puesto de nuevo en un campo de batalla: EL AMOR.
Al fondo parece que suena el primer disparo de la mañana, eso anuncia un nuevo día de batalla, me entristece no estar a tu lado para amanecer contigo, pero espero que esta carta te confirme que a pesar de la distancia y de las condiciones adversas que nos mantienen separados mi corazón te sigue amando y si sigo en pie en esta lucha a pesar de las heridas que me han sido propinadas es porque mi corazón sigue latiendo al unisono con el tuyo y mi ser entero añora el momento en que finalmente pueda tenerte frente a mi, tu me abraces, me beses y puedas escucharme decir los "te amo" que no he podido decirte.
Desde la distancia me despido, recordándote que en sueños podemos vernos, mientras nos regala ese milagro Dios y la realidad....
UN TE AMO X INFINITAS VECES..
TUYA SIEMPRE...
YO

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