domingo, 13 de diciembre de 2015

EL TIEMPO Y EL AMOR

Cuando se habla sobre describir las cualidades que tiene el amor, se habla de la entrega, el sacrificio, el deseo, la lealtad, el respeto, en fin, se listan todas aquellas "cualidades" con las que debe contar el amor para ser catalogado como tal. Sin embargo hay una cualidad del amor que no es tan ampliamente discutida, pero que sigue formando parte de él: la temporalidad. El tiempo es algo tangible cuando hablamos del amor: se hace eterno el tiempo cuando extrañamos a quien amamos y cada momento junto a esa persona pasa tan rápido. Estar enamorado parece ser la forma más fácil de experimentar la relatividad. Aun así desconocemos que el tiempo es indispensable para el crecimiento del amor y para la supervivencia del mismo. 

Hablar de amores eternos, es un cliché en el que todos recaemos y es que resulta sencillo decir "por siempre" o "para siempre" cuando el enamoramiento nos ha truncado la percepción básica del tiempo. Sin embargo si lo pensamos en serio hablar de un amor por tanto tiempo resulta una apreciación meramente poética, pero salida de la realidad en que vivimos. ¿Cómo hablar de amores eternos, cuando tantas historias nos demuestran la condición finita del amor? ¿Qué es entonces lo que decimos sentir para siempre?. El amor es un proceso, no un suceso; yo no me enamoro mágicamente de alguien, el amor a primera vista no puede ser descrito realmente como amor, puede tratarse de una atracción, de un gusto, pero no de amor. Para amar hace falta más que una linda sonrisa, un cruce de miradas o el sonido de una voz, no obstante a la ligera aseguramos "estar enamorados" con tan solo un par de palabras. Es esa misma ligereza la que lleva a que muchas veces se pase por alto lo delicada que es la relación del amor y el tiempo.

En mi experiencia, pocas veces en la vida he dicho "te amo", y cuando lo he dicho me ha tomado tiempo hacerlo. Y es que como dije previamente, el amor NO es un suceso, es un proceso. Sin embargo otra de las relatividades asociadas al tiempo y el amor, es cuanto debe tomar el proceso entre conocerse y enamorarse. Me encantaría decir que hay un estandard para definir el tiempo y los pasos necesarios para enamorarse, pero la verdad es que no existe. Y esa es de las cosas imprecisas que se tienen con el amor: el tiempo es relativo, pero es necesario tener claro que aun sin saber como pasará todo se debe estar dispuesto a disfrutar y aprender del proceso. 

Recientemente he sentido lo que es pasar del "mucho gusto" a el "me gustas mucho" a el "te amo" en corto tiempo y es la tercera vez en mi vida que lo digo. Confieso que me siento un poco inquieta por el movimiento del tiempo con respecto al amor en mi vida. Siempre consideré que debías conocer demasiado bien a alguien antes de aceptar que lo amas, ser amigos, antes de ser amantes. Aunque es en ese momento entre lo que la lógica te dicta y el sentirte completo con alguien, que surgen las percepciones completas de lo que es la relatividad del tiempo con respecto al amor.

En conclusión, el tiempo y el amor no pueden ser separados, constantemente quien esta enamorado vive en términos del amor y el tiempo se relativiza en relación a sus anhelos. No hay tiempo preciso para decir te amo, sin embargo NO es correcto presumir que hablar de un amor real, es cuestión de un momento. Cuando se dice "te amo" una gran responsabilidad llega con eso, estas aceptando hacerte responsable de los sentimientos que otro tiene hacia ti; en ese momento el tiempo es importante, pues no es una simple deseo tomado a la ligera y hablar de amor eterno, es mucho más honesto cuando se construye a diario. No es solamente el "te amo" es que amar es una acción permanente, que no se hace una sola vez, es algo que haces todos los días. Decir "te estoy amando" es más correcto y más sincero, pues significa que no estas dando por sentado el amor que sientes hoy.

Disfruta del amor como llega, pero recuerda que el tiempo es una característica perecedera del mismo y por lo tanto debes hacer que siempre juegue a tu favor. Si es eterno por no tenerlo cerca, por esperarlo, por necesitarlo haz que los minutos a su lado no sean fugaces y quede de manera permanente su recuerdo en tu cabeza. Estira cada beso, cada abrazo, cada caricia de esa manera el tiempo no hará degradará el amor que hay. 

sábado, 28 de noviembre de 2015

PERSPECTIVA ACTUAL SOBRE EL AMOR

Y bien...de nuevo sentada escribiendo sobre ese tema que me ha torturado por ya bastante tiempo y que parece ser mi más grave adicción: EL AMOR. Recientemente me he encontrado en un estado de confort con mi soltería que me hace demasiado difícil pensar en como renunciar a ella para volver a entablar una relación afectiva con alguien más. No hablo de mi soledad con tono de tristeza o desespero, lo hago con el aprecio que se predica por una amiga que te ayuda a ser mejor, y es que eso justamente es la soledad para mi. 

Ella a la que por tanto huí por temor, a la que desprecie, a la que odié y deseé mantener lejos, se ha hecho maestra de esta vida que ahora tengo y que amo. No es cuestión de costumbre solamente, es esta sensación de saberte plena a pesar de no tener a esa "alma gemela" al lado. Es sentirte libre, es poder darte gustos, salir, conocer, encontrar, experimentar sin tener que pensar en los deseos de otro. Así es como después de tanto tiempo de haber sufrido (en un comienzo) y haber disfrutado (últimamente) la compañía de mi amiga SOLEDAD, he llegado al punto en que por comodidad o cobardía, me resulta más fácil permanecer en este estado que arriesgarme a aceptar las opciones que me pone la vida. 

Me siento en una constante disyuntiva entre la niña inocente que aun yace en mi y esta mujer que ha madurado haciéndose un poco más sabia, más confiada, más segura, más real. El estar entre mi eterno deseo de amor y la comodidad de vivir sin él, es lo que me ha hecho replantearme las realidades que conocía frente al amor. Y es que estoy como atrapada entre los ideales que por tanto defendí y este momento en el que estoy ahora: la necesidad de ser cuidada, pero no perder independencia; las ganas de que me conquisten, pero en la distancia prudente para no sentirme ahogada; el deseo profundo de poder dormir abrazada a alguien, sin dejar de lado el éxtasis del sexo; es como un tire y afloje entre el amor ideal que esperaba y el amor que deseo actualmente. 

La verdad es que, aun sin prestar mucha atención a lo que ocurre a mi alrededor, he notado el interés particular de algunos hombres en mi, no obstante al notarlo siento la necesidad de huir, no continuar, de no ceder al absurdo deseo de ser el amor de alguien, haciendo con ello que quizá deba renunciar a mi. Y es que es quizá el saber que me amo más en este momento de lo que estoy dispuesta a amar a alguien más. Esta duplicidad de sensaciones, de pensamientos me ha hecho encontrarme una y otra vez con la pregunta de ¿qué es lo que quiero para mi? y la respuesta no ha resultado tan sencilla como debería. 

Estoy en un estado en el que la lucha constante sobre lo que siempre he querido y lo que quiero ahora riñe demasiado y no me permite tener claridad sobre lo que debería querer. Hay alguien a quien le gusto, alguien que me encanta y no lo sabe y alguien que me gusta mucho y no está junto a mi. Así que quitando de lado todas las ecuaciones existentes, la pregunta permanece ¿qué quiero para mi? He crecido, he cambiado, he evolucionado pero aun persisten estos vestigios de mis deseos infantiles, lo que me lleva a no dejar de lado rasgos que se mantienen y que no sé como dejar. 

Así que mientras me mantengo abrazada a la soledad, intentando abrir un espacio para el amor de nuevo en mi vida, debería entender que la realidad de las relaciones en comparación con mi utópica idea de lo que deben ser, debe empezar a ser mediada.  No estoy esperando a que me rescaten, pero quiero que me consientan; no quiero ser asediada, pero quiero sentirme prioridad; no quiero casarme, pero quiero algo estable. Y vivir mediando de esta forma lo que añoraba, con lo que quiero ahora, resulta difícil...pero es hora de aprender!!

Si aprendí de la SOLEDAD como maestra, aprenderé a ver el AMOR de una forma real...

sábado, 27 de junio de 2015

Saudades de você...

Debería a esta altura haber entendido que la distancia de los recuerdos no es mucha cuando permanentemente recaemos en los pensamientos de un pasado que ya no es algo presente, de un dolor que latente parece ser algo vívido, real, tangible. ¿Cómo dejar de lado ese permanente añoro de los momentos en que fuimos amados, en que amamos, en que eramos felices? No es fácil renunciar a lo que en algun momento te hizo sentir viva, llena, plena...en paz. Maldecir tu paso por mi vida, solo me hace quedar como una tonta, como quien a sabiendas del daño que genera decide tomar veneno con la ilusión de no morir; es por eso que hablo de tu tiempo a mi lado como una lección, como lo que decidí consciente vivir para ser más fuerte, para ser quien soy hoy.

Somos lo que decidimos - creo - y si es así hay una parte mía en la que soy tu. Yo te elegí contra la voluntad de todos, contra mis propios temores, contra la claridad de que serías una gran herida. Aun así te elegí, consciente de lo que ello significaba acepte tenerte en mi vida, me permití sin cautela amarte y así fue como cree este recuerdo de algo que fue, que viví, que amé, que partió y que aun - a ratos - duele. No puedo hablar con desagrado, odio o rencor alguno sobre lo que significó tu partida, y es que aunque el dolor agudo y la falta de aliento duraron un tiempo después de tan insulso adiós, no es justo señalarte como el autor intelectual y material del asesinato del amor que nos tuvimos.

No son los recuerdos lo que más pesa, son las palabras no dichas, los besos no dados, las caricias no compartidas y el silencio entre nosotros lo que me pesa en el alma. El afrontar al futuro sin la seguridad que me daba tu abrazo, los sueños y planes que tuvieron que ser descartados, la duda permanente que me dejó el que te fueras sin decir nada más, son esos sentimientos los que me hacen caer una y otra vez en tu recuerdo.

Debo cortar las cadenas que mantienen a mi esperanza presa de la ilusión de tu pronto regreso. Es necesario matarla para que no sufra abrazada a tu ausencia, debo con el veneno de la realidad aniquilarla y ver como mientras sus ojos se apagan renace en mi de nuevo la sensación de libertad. Con un disparo seco acallaré las voces que me mantienen unida a lo que algún día fue; ignoraré el dolor de la ausencia y me coseré la boca para que no vuelva a pronunciar tu nombre ni por error. Borraré los sueños en que aparezca tu rostro y me amarraré el corazón para impedir que vuelvas a ingresar.

Es hora de salir del hueco en el que esta constante dualidad de emociones me ha metido. Debo aceptar que aun te amo, pues cuando amas de verdad, dejar de hacerlo no es una opción.